El espejo de mi Alma

21/1/10

Liberar tensiones

Llevo unos días viviendo una serie de acontecimientos que me han hecho replantear muchas cosas. En mi visita semestral al dentista (la salud de mis dientes está reñida con mi cuenta de ahorro) descubrí la causa de mis dolores de cabeza. Resulta que por la noches cuando se supone que debo dormir relajada, mis mandíbulas se cierran cual tiburón sobre su presa y, a parte de no dejarme descansar y provocarme las migrañas más terribles del universo, me destrozan las muelas!


Diagnóstico: tres caries, me tienen que quitar el poco juicio que me queda y tengo que hacerme una prótesis llamada “férula de descarga” o lo que es lo mismo, una especie de dentadura de boxeador para evitar que me rompa todos los dientes… En resumen, un pastón descomunal!


A parte de esto, mi espalda está tan contracturada que ningún fisio se atreve a tocarme. Tengo las cervicales tan llenas de bultos que parecen un rosario y me producen mareos y dolores hasta en lugares cuya existencia desconocía. Así que opté por acudir a un osteópata a ver si podía hacer algo por mi o me tiraba directamente al container de materia orgánica.


Nunca había visitado a un osteópata y sinceramente me parecía algo que se había puesto de moda como el Pilates y el Feng Shui, pero no perdía nada por probarlo y me lo había recomendado una de mis mejores amigas. Entré en la consulta y sin darme cuenta empecé a explicarle mi ristra de dolores sin que me preguntara… me paró con un gesto de la mano y me dijo con una sonrisa: “Túmbate en la camilla y déjame que yo te pregunte”. Me quedé tan perpleja que no pude más que obedecerle, me dijo que a través del oído detecta dónde y qué provoca el dolor y las claves para sanarlo.


A medida que iba explorando mi oído derecho me iba preguntando con el tono de voz más relajante que he escuchado nunca por mi historial de enfermedades y mis hábitos de alimentación. De repente empezó a describirme los síntomas que tengo sin que yo le contara para rematar diciendo “tienes tantas tensiones acumuladas que eres una olla exprés, debes liberarlas”… Antes de darme opción a pronunciar palabra, oprimió un punto en mi oído que anegó mis ojos de lágrimas y me hizo llorar igual que Luna cuando se da un golpe definido por ella como“enormaco” (nota mental: no dejarla ver más “Muchachada Nui”)


Cuando terminé de hipar y sonarme los mocos… el diagnóstico fue claro y conciso: “Te han curado el cáncer pero te han dejado hecha un lío por dentro tanto a nivel emocional como físico” y me contó el plan de acción, esperanzador, pero de largo recorrido.


El primer paso es liberar tensiones a toda costa y en cualquier momento que me lo pida el cuerpo que por cierto, me ha recomendado que debo escuchar más y hacerle caso a menudo.


Os iré relatando mis avances "liberadores" pero adelantaré que, mientras estaba en la camilla relajada, me hizo crujir el cuello a traición como quién casca una nuez… debo reconocer que al principio me acojoné, pero la sensación de opresión que tenían mis cervicales disminuyó en gran medida… ¡así que esto promete!


Encontraremos un camino o bien lo construiremos – Anibal

11/1/10

Aventura con Luna

El sábado compartí la noche con mi ahijada Luna. Es toda una aventura digna de mención si tenemos en cuenta que tiene casi siete años y las consiguientes salidas dignas de su edad.


La tarde anterior iniciamos los preparativos de la velada. Organizamos sesión de cine con sofá, mantita y palomitas. A pesar de que es una niña de su tiempo y gran fan de las series de dibujos del momento, le encanta que le pongamos pelis de cuando su madre y yo éramos pequeñas. En esta ocasión, tras remover entre mi filmoteca particular seleccionó “La Bruja Novata” y “Mary Poppins”. La primera fue todo un hallazgo porque aún no la había visto pero la segunda nos la sabemos ya de memoria….


Así que el sábado noche cuando nos quedamos solitas en penumbra, con un inmenso bol de palomitas y acurrucadas debajo de la manta, nos dispusimos a ver a Angela Lansbury haciendo sus primeros hechizos antes de convertirse en la señora Fletcher.


Se quedó tan alucinada por la película que mientras yo hacía la cena de las dos, se puso a revisionar aquellas escenas que le habían impactado y los trozos musicales para aprenderse las canciones.


Por suerte para mi, conseguí evitar la tortura de ver a Julie Andrews por quincuagésima haciendo de Supernanny. Por fin, y después de mucho insistir, conseguí llevarla a la cama cerca de la una de la madrugada. Debo confesar que me encanta dormir con ella porque, aunque ronque y se mueva más que los precios, está suave y calentita y siempre pone su mano en mi mejilla mientras le acaricio la espalda hasta que se duerme…


Pero esta noche prometía ser larga…La culpa de todo la tiene la cabalgata de Reyes. Os resumiré los hechos:


Como cada cinco por la tarde y abrigados hasta las orejas, nos apostamos en la calle esperando el bombardeo de caramelos de la cabalgata. Luna y yo formamos un gran equipo recolector de dulces. Mi misión es portar la bolsa vacía cerca de ella para que pueda llenarla con todo lo que cae al alcance de sus manos.


A nuestro lado se posicionó un grupo de (seré considerada) “señoras de la tercera edad con el ansia de algo gratis”, yo intuía problemas y me mantuve alerta. Al empezar el diluvio de caramelos, las señoras perdieron el calificativo de tales y se convirtieron en viles mutantes sedientos de azúcar. El resultado fue que acabaron pisando la mano de Luna haciéndole sangre en uno de sus deditos. Luna empezó a llorar pero no por el dolor sino porque tenía que dejar de coger caramelos para ir a curarse… En ese momento todo sucedió muy deprisa, noté un estallido de color esmeralda en mis pupilas al mismo tiempo que una rabia visceral me recorría el cuerpo haciendo estallar mis ropas ante un centenar de músculos verdes… Convertida en Hulk, espabilé a las Abuelas Mutantes y a un Villano que, armado con un paraguas, estaba robando todos los caramelos que caían delante de los niños…


Cuando regresé a mi forma humana, Luna había vuelto a escena con el fin de recuperar el tiempo perdido y me miraba con cara de admiración. Desde ese día, no deja de preguntarme acerca de mi transformación y de pedirme que hagamos cosas de superhéroes.


Por eso el sábado noche y ante mis constantes súplicas para que se durmiera, una frase contundentemente irrefutable salió de sus labios: “Pero Airene si eres un superhéroe tan fuerte, ¿cómo aguantas tan poco despierta?”


…Eso me pasa por mostrar mis superpoderes en público…

5/1/10

La contra

Me gusta regalarme un rato cada día para saborear el periódico mojando las noticias en el colacao… y curiosamente (yo nunca lo había tenido como algo extraño hasta que esta mañana dos personas me lo han hecho notar) siempre empiezo por el final.


Me encanta leer la contra de los periódicos, suelo paladear cada frase y cada palabra de sus testimonios. Siempre descubro frases impresionantes que releo varias veces con el propósito oculto de que las musas que las inspiraron me espolvoreen con su magia…


Hasta la fecha, lo máximo que he conseguido es reunir varias libretas llenas de esos pellizcos de magia (uno de los secretos de mi bolso, es un cuadernillo dónde anoto cualquier cosa que me llama la atención)


Hoy, la contra de “La Vanguardia” era para Fernando Trueba. Reconozco que no es de mis directores preferidos, puestos a elegir me quedo con Amenábar (por cualquiera de sus películas y puedo presumir de haber descubierto “Tesis” la primera vez que se estrenó) Alex de la Iglesia (“Acción Mutante” o “El día de la Bestia”) Fernando León de Aranoa (“Princesas” o “Los lunes al sol”) y Achero Mañas (“El bola” o “Noviembre”)


Y a pesar de mis prejuicios iniciales, he descubierto frases dignas de enmarcar en su entrevista, simplemente genial y me ha sorprendido el hecho de compartir su manera de ser espectador de cine. Trueba dice “en el cine hay que abandonarse a la peli y reírla y llorarla y dejarte que se apodere de ti. A mí lo que me gusta en el cine es que la película me lleve”… A mi me pasa lo mismo, me gusta sentir el cine, experimentar la famosa catarsis de la que hablaba Aristóteles… si una película no consigue arrancarme de mi butaca y meterse por los poros de mi alma no la recomiendo jamás pese a ir contracorriente. Creo firmemente que el cine es magia y como tal debemos vivirla.


Lo único que le discutiría a Trueba, es la crítica a los superhéroes, en mi corazoncito siempre quedará espacio para Hellboy, X-Men, Rocky o John McLane… forman parte de mi “infancia cinematográfica” así como Joe Black, Leónidas, Aragorn o Benjamín Button lo hacen de mi “madurez del celuloide”.


Por si os apetece, aquí podéis seguir diariamente “la contra”.