Tenemos la tendencia natural de tirar a la basura lo que no funciona… Estoy en un momento de mi vida en el que las cosas del pasado deben quedarse ahí y no volver a enturbiar el presente anulando el futuro… Me vais a permitir la licencia literaria, pero es un poco como el resultado de las elecciones de este domingo.
Es evidente que el gobierno de ZP no ha conseguido que veamos la luz al final del túnel en el que nos metieron los señores del PP. Pero no hemos aprendido de nuestros errores y haciendo válido el refrán que dice “el hombre es el único que tropieza dos veces con la misma piedra” hemos vuelto a darle el poder absoluto a un partido político…
En mi caso, el paralelismo se establece en dar nuevamente la exclusiva a un amor del pasado que me sumió en una profunda crisis sentimental y que tras varios años “a salvo” ha vuelto a mi vida haciéndome tambalear hasta los cimientos…
Y lo peor de todo es que la causa es la misma por la que critico a aquellos que han propiciado con sus votos la aplastante victoria del PP. Es decir, como todos mis “pretendientes de la oposición” no han conseguido sacarme de la crisis pues vuelvo al origen y me destrozo nuevamente.
Aún no sé si los gobernantes que nos hundieron el sueño del estado del bienestar serán igual de dañinos que mi recuperado y aniquilador amor del pasado pero lo que sí sé es que un cambio real no consiste en tirar lo nuevo y volver a lo viejo (aunque nos hiciera daño) sino que debemos apostar con valentía por lo verdaderamente nuevo aunque nos asuste o nos de pereza…
Usando un paralelismo futbolero que me ha inspirado mi hermano, mi reflexión es, ¿qué hubiera pasado si en lugar de hacer eterno el Barça-Madrid de la política hubiera ganado el Valencia la Liga por el gobierno? ¿Qué hubiera pasado si en lugar de volver a unos brazos conocidos y aniquiladores hubiera apostado por esperar al desconocido ideal?
España tiene 4 años por delante para aprender y yo espero no tardar tanto en ponerle remedio a mi gran error…