Mi pasión por leer empezó en la más tierna infancia. Mi obsesión me agudizó la memoria fotográfica hasta límites insospechados convirtiéndola en uno de mis Superpoderes!!!
Mis abuelos intentaban engañarme saltándose alguna página, aburridos de leerme tanto pero mi superpoder les delataba cada vez.
En la consulta de mi pediatra, repetía de manera textual las palabras que contenía cada página de mi preciado cuento troquelado mientras el resto de madres me comparaban con sus hijos asombradas por “la niña prodigio que ya sabe leer”.
Ya era una niña avanzada a mi tiempo y de mente inquieta, incordié tanto a mi maestra que terminé todas las cartillas de lectura Palau y entonces me dejaron “El mago de Oz” ilustrado…. Me fascinó, creo que lo he leído más de mil veces.
Siempre releía la parte en la que aparecía el León puesto que me sentía identificada con el personaje. Siempre buscando un valor que tenía escondido dentro de él…
Yo me he sentido el León del cuento toda mi vida, siempre me he creído incapaz de afrontar conflictos, de decir que no, de luchar contra las cosas que me duelen. Pero la vida me llevó por el camino de baldosas amarillas hasta mi particular “Oz” que, en la vida real, no suele ser un cuento de hadas sino una pesadilla. Mi Oz se llamaba cáncer.
Allí encontré mi nuevo superpoder, el valor, y me sorprendí mucho a mi misma y a las personas de mi alrededor. Me di cuenta que soy muy valiente y tengo mucha fuerza interior, es una sensación extraña que te sube desde el estómago y te hace sentir capaz de cualquier cosa…
El problema es, que como todos los superpoderes, a veces el valor se esconde, cierra los ojos y te despoja de la fuerza que te hacía capaz de muchas cosas… Llevo algún tiempo desprovista de valor pero de repente y tan rápido como me abandonó ha vuelto a abrazarme fuertemente.
Tengo muchas ganas de retomar todas las cosas que dejé en el camino oscuro lleno de criptonita por el que estuve andando en los últimos tiempos. Y, muy despacio, estoy volviendo a convertirme en al heroína con superpoderes que fui una vez.
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