El espejo de mi Alma

19/10/09

Nueva moneda de cambio

Ayer por la noche era imposible dormir… estoy sufriendo una época de insomnio que no se recuerda en los anales de la historia, perdiendo a pasos agigantados mi reputación de marmota.


Ante esta conjura de los elementos contra Morfeo decidí ponerme a leer. Lo único bueno es que, en contrapartida, vuelvo a devorar libros como en la época que finiquité “Los pilares de la tierra” en tres días. Siguiendo semejante promedio, dos horas más tarde, ya había terminado mi libro así que puse mi cerebro en stand by y encendí la tele.


Entre los miles de programas de “llame y será millonario” que se han puesto de moda y los anuncios de alargador de pene por tracción de la tele tienda, encontré un reportaje acerca de, como no, la crisis y sus consecuencias.


(nota mental: buscar otra alternativa para ponerme en pause)


El documental en cuestión enseñaba, al más puro estilo Miguel Miura, a qué está dispuesto el ser humano.


Uno de los casos que más llamó mi atención era el de ciertas personas que, al no poder pagar sus facturas, ofrecían sus cuerpos para saldar las deudas con el pintor o el albañil de turno… Lo peor de todo es que éstos aceptaban el trueque y, es más, ofrecían ellos mismos la alternativa al pago.


En este momento del reportaje mi cerebro se había reiniciado y bullía en ideas pidiéndome a gritos que escribiera esta historia.


No soy quién para juzgar a nadie y no pretendo hacerlo pero entre la gente que vende su virginidad o incluso sus órganos por Internet y las personas que pagan sus deudas y alquileres con sexo se me plantea la duda de si la desesperación del ser humano ha llegado a cotas insospechadas o aún estaré leyendo mi libro de ciencia ficción.

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